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Los tres beneficios principales de realizar este ejercicio son:

1. Apreciación: Promueve la valoración de los pequeños detalles y momentos de la vida cotidiana que a menudo pasan desapercibidos. Ayuda a reconocer y valorar las alegrías simples, aumentando la gratitud general por la vida.
2. Conciencia: Incrementa la conciencia del momento presente y fomenta una mayor atención plena. Al enfocarse en los detalles cotidianos, se mejora la capacidad de estar presente y consciente de las experiencias diarias, enriqueciendo así la calidad de vida.
3. Gratitud: Este ejercicio nutre un sentido profundo de gratitud hacia los aspectos aparentemente menores de la vida. Al reflexionar sobre estos “tesoros cotidianos”, se cultiva una actitud de agradecimiento que puede transformar la perspectiva general hacia una más positiva y satisfactoria.